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Un Mensaje para nuestro tiempo



* Una invitación a la entrega, al abandono, a la disponibilidad:

"No necesito tus fuerzas sino tu abandono"

Aquel que lo da todo, nos pide en respuesta que también nosotros le entreguemos todo. Jesús invita constantemente a Josefa a la entrega de sí misma, a ofrecerle sus alegrías y sus penas, su fuerza y su debilidad, a fin de unirlas más íntimamente a la vida y misión del Hijo amado del Padre.

* La presencia de Jesús en el centro de nuestras vidas:

"Nada de lo que se hace por amor es pequeño"

Jesús se manifiesta a Josefa en su vida de cada día: la anima, la tranquiliza, le da a conocer el valor infinito de las actividades diarias hechas en unión con El y en su presencia.
De este modo, lo cotidiano hecho de insignificancias, se convierte para ella, como para nosotros, en un espacio de unión con Dios y con su Obra de Misericordia.

* Un amor de misericordia para el mundo:

"El Amor no se cansa de perdonar"

Con insistencia, Jesús le dice a Josefa, que su único deseo y su mayor alegría está en perdonar:

«Que los que se sienten más culpables no huyan de mí. Que vengan todos… Soy para ellos paz y alegría. No es más feliz el que no necesita ser perdonado sino, los que han hecho la experiencia de sentirse amados incondicionalmente, incluso en su pecado».

  • «A lo largo de los siglos de distintas maneras, he revelado mi amor por los hombres.
    Les he dado a conocer mi Corazón.»
  • «Ahora quiero algo más: que crean en mi misericordia, que lo esperen todo de mi bondad, y que no duden nunca de mi perdón.»
  • «Quiero que el mundo entero sepa que soy un Dios de amor, de perdón y de misericordia.»
  • «Que ninguno ignore hasta qué punto mi amor los busca, los desea y los espera para colmarlos de felicidad.»
  • «Mi Corazón ama tan entrañablemente a las almas, que quiere incluso valerse de sus miserias, de sus debilidades y de sus faltas.»
  • «…Mi único deseo es que las almas, a las que amo tanto, se abandonen, se arrojen al abismo sin fondo de mi Corazón.»
  • «No temáis…Venid a mí… ¡Si os fuera posible comprender qué grande es mi amor!»


A todos os digo:
si buscáis la felicidad, yo soy la felicidad.
Si buscáis la paz,
yo soy la paz, la misericordia
y el amor.



«Si deseáis darme la mayor prueba de amor, no dudéis de mi perdón y estad seguros que vuestros pecados, jamás podrán sobrepasar mi misericordia, porque es infinita.»

«Te conozco…y es tanto lo que te amo, que ninguna de tus miserias podrá desviar mi mirada de ti.»



Mi Corazón no es solamente un abismo de amor, es también un abismo de misericordia.

 
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